Además de enunciar este tópico
vacacional, hay que intentar llevarlo a cabo. Por muchas razones, pero sobre
todo por la propia supervivencia física, mental y espiritual. Toca desconectar de la rutina, de la dependencia
de las nuevas tecnologías, de la vida urbanita, de la miseria política, del
paisaje y hasta de según qué paisanaje...
Me llevo en la mochila algunos
libros. Menos que en otras ocasiones, pero con más motivación para darles el
trato que se merecen. Solo cito un título porque tengo que hacer una reseña de
la presentación del mismo en Barcelona. Me refiero a El tenedor de libros de José Luis Melero, el mayor y mejor
bibliófilo que he tenido ocasión de conocer personalmente. Cada vez leo menos y
me preocupa porque una cosa es ser adicto a la lectura, que también lo he sido,
y otra darle casi, casi... la espalda.
Me gustaría también olvidarme del
panorama político español y catalán. No sé cuál de los dos me apena y encorajina
más...Por cierto, un buen porcentaje de esta
comunidad catalana también está por otra modalidad de desconexión impuesta por la CUP que no tiene nada que ver con la que yo quiero practicar... Esta desconexión se quiere llevar a cabo, aunque sea
de forma unilateral y al margen de las leyes constitucionales. Esta opción deslegitima moral y jurídicamente a sus partidarios. Sorprende que muchos se dejen llevar por ese camino imposible y desnortado... A esa encrucijada hemos llegado. Y en Madrid, viéndolas venir...
Quisiera también dejar de recibir
toda esa suerte de noticias trágicas que nos sobresaltan un día y otro, como si
fuese - quizás lo sea ya - el aciago y sangriento signo de nuestros tiempos,
pero mucho me temo - ojalá me equivoque - que me voy a quedar con las ganas...
A vosotros, estimados amigos, que
también estáis en período vacacional, os deseo lo mejor y os emplazo para el
próximo curso. Un fuerte abrazo